Psicología de Perros

Entender bien como funciona la mente de los perros y su psicología nos ayuda a tener una mejor relación con nuestra mascota. De esta manera podemos prevenir una serie de problemas y arreglar comportamientos inadecuados de nuestros perritos.

Uno de los principales estudiosos del tema es Cesar Millán, conocido por su programa de televisión "El Encantador de Perros". Este adiestrador profesional ha ido más allá en el estudio de la sicología de los perros, y ha desarrollado sus propias técnicas para la corrección de problemas, basadas en el análisis del entorno natural del perro y su evolución como especie.

En los siguientes puntos podemos ver las premisas básicas que siempre hay que tener en cuenta a la hora de tratar con nuestro perro, esto repercutirá no solo en un buen comportamiento del animal, sino también en una mejora de su propia salud mental.

Claves Para Tratar a Nuestros Perros

Es por esto que ellos no piensan ni actúan como personas. Es importante que en nuestra relación con los perros ellos capten los mensajes correctamente.

Los Perros viven el ahora, no viven en el pasado, ni piensan sobre el futuro. Es un problema usual que se presenta en el trato a perros recogidos de la calle o la perrera, los dueños se los llevan a casa y se sienten apenados por el pasado sufrido del animal, y los tratan con un mimo excesivo, como si de los sentimientos de un niño se tratase.

Otra situación común es cuando el perro tiene un accidente, enfermedad o se ha sometido a una operación veterinaria, y producto de la situación son tratados con un cariño que se le daría a una persona convaleciente, incluso mucho después de que el perro se haya recuperado. Este tipo de comportamientos por nuestra parte pueden desembocar en todo tipo de malos comportamientos por parte de la mascota.

Como descendientes de los lobos, los perros han evolucionado insertos en un grupo de iguales, una manada, es allí donde se desenvuelven naturalmente. Viviendo en nuestro mundo de humanos ellos siguen teniendo esta mentalidad, heredada de sus antepasados. Si no tienen un líder, ellos mismos se convierten en líderes de la manada, con el inconveniente que los otros integrantes de la manada somos las personas que viven con ellos. Esta situación suele ser el problema raíz de numerosos comportamientos problemáticos de nuestras mascotas.

Todo tipo de problemas pueden ser creados por la manera en que tratamos a los perros en ciertas situaciones. Una de las claves es recordar que ellos necesitan liderazgo por nuestra parte, y no nuestra simpatía.

Un buen ejemplo de esto sería un perro asustado por el sonido de unos fuegos artificiales. En estado salvaje, otros perros imitarían la reacción del su líder, ignorando el sonido o huyendo. El caso es que como humanos vemos al perro asustado y lo llenamos de todo tipo de mimos y estímulos de cariño. Este es un gran error, lo único que estamos logrando es reforzar en la psicología del perro que el fuerte sonido es algo por lo que vale la pena asustarse.

Otro ejemplo de alimentar un comportamiento malo o indeseado, es cuando nuestro perro sufre un pequeño accidente o golpe, y su dueño reacciona dándole un baño de cuidados y cariño, posiblemente creando al perro algo así como una fobia al evento del accidente, el perro reaccionara de la misma manera en el futuro ante los golpes. En este caso lo ideal es que el humano permanezca calmado y simplemente compruebe que el perro se encuentra bien.

La experiencia vital de los perros es percibida de una manera totalmente diferente a los humanos. Los sentidos de los perros están ordenados por importancia de la siguiente manera:
Primero: Olfato.
Segundo: Vista.
Tercero: Oído

Un perro vive su vida principalmente a través de su desarrollado sentido del olfato. Desde el momento en que nace y el olor de la saliva de su madre le ayuda a llegar a las mamas. Usan el olfato tal como nosotros usamos la vista como principal sentido.

Los perros se conocen unos a otros mediante el olor primero, luego el contacto visual.

El orden de los sentidos es importante porque hace quedar en evidencia que la mayoría de la gente se comunica con su mascota de manera equivocada. La mayoría de personas se comunica con su perro primero mediante sonidos y después mediante la vista. Es decir justamente al contrario como debería ser, por último el olfato ni siquiera supone una forma de comunicación.